María del Carmen Villar Buceta, nació el 25 de abril de 1899 en Corral Falso de Macuriges -actual Pedro Betancourt-,
situado en la parte suroeste de la provincia de Matanzas. Era hija de
Froilán Villar González, natural de Santander, España, y de Petra
Buceta, natural de Colón, Cuba.1
Hasta la edad de 11 años, María logró cursar su enseñanza primaria en el Centro Escolar Varela,
estos fueron los únicos estudios formales que realizó.
La muerte
temprana de su madre la obligó a abandonar la escuela y a enfrentar la
crianza de sus hermanos menores, las labores rutinarias y extenuantes de
ama de casa y la difícil conquista del pan en pleno inicio de la
adolescencia. La pobreza imperante en el hogar y el atraso cultural
predominante en el entorno provinciano, conspiraron contra sus
apetencias de desarrollo intelectual.
Estos contratiempos habrían amilanado cualquier
espíritu, mas no el suyo; María se convirtió en una verdadera
autodidacta. Su afán por la lectura le ofreció nuevos horizontes a sus
sueños e inquietudes líricas. Y así en un medio nada favorable, inició
el cultivo de su poesía.
Poetisa, periodista y luchadora
Poesía y periodismo: comienzos del camino…
Alrededor de 1915, comenzaron a publicarse en algunos
diarios los primeros poemas de María. El 3 de abril, su soneto titulado
“Desilusión” , apareció en el Diario de la Marina. En 1916, decidió incursionar también en el campo periodístico. El 3 de octubre, apareció en el Heraldo de Cuba, su primer trabajo, “El hombre nuevo”,
artículo que describía el triste modo de ser y de actuar de la
burguesía, mediante un diálogo entre un burgués y un bohemio. Sin
embargo, no es hasta su traslado a La Habana , en 1921, que María se
convirtió oficialmente en periodista.
Mientras tanto, seguía con su obra poética. En 1917, María le dirigió una carta al director de la revista El Fígaro
para ofrecerle su poesía. Esta carta, publicada con tres de sus poemas,
el 14 de enero, sentó las bases de su colaboración con la revista hasta
el año 1925. También, en otras revistas, comenzaron a aparecer los
versos de la joven autora. Así, en 1918, tres de sus poemas –“Ascensión ”, “ Canto de redención ” y “Psiquis” – vieron la luz en la Revista Social, que publicó sus poesías hasta 1929.
En La Habana …
Hasta 1921, María colaboró, desde su localidad, en la revista habanera Castalia,
dirigida por Roger de Lauria y Paulino G. Báez. Pero ese mismo año, se
trasladó con su familia a La Habana , donde comenzó a trabajar como
secretaria de redacción y como redactora del diario La Noche , que dirigía Leopoldo Ros. Más tarde, desempeñó los mismos cargos en El Heraldo de Cuba , órgano del liberalismo político, dirigido por Manuel Márquez Sterling.
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Pero ese mismo año, se trasladó con su familia a La Habana
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